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la discusiÓn                                                DOMINGO 19·05·2019 ‹ centenario universidad de concepción ‹ 31
























          por: Nicole Contreras / Mauricio Maldonado / Ricardo Cárcamo

                                                                                                     La primera Escuela de Verano no es sola-
                                                                                                     mente un estreno para el director del
                                                                                                     Departamento de Castellano -Gonzalo
                                                                                                     Rojas-, también lo es para la Universi-
                                                                                            “dad y la ciudad de Concepción, las cua-
                                                                                            les poco a poco se irán acostumbrando al aumento
                                                                                            temporal de su población, al despliegue de espec-
                                                                                            táculos culturales en las calles y recintos, en corto,
                                                                                            a un buillicio desconocido en la capital penquista”,
                                                                                            describe la francesa Fabienne Bradu, biógrafa del
                                                                                            poeta, en su libro “El Volcán y el sosiego”.
                                                                                               En 1952, Gonzalo Rojas mediante concurso
                                                                                            obtiene una plaza de profesor en la Universidad de
                                                                                            Concepción. El rector Enrique Molina Garmendia le
                                                                                            encargó la creación del Departamento de Castella-
                                                                                            no, asociado a la Facultad de Filosofía y Educación,
                                                                                            que dirige durante 18 años con la ayuda de Alfre-
                                                                                            do Lefevbre y Juan Loveluck. Durante esta etapa el
                                                                                            poeta organiza siete escuelas de temporada con el
                                                                                            fin de extender el trabajo universitario a todo tipo
                                                                                            de públicos que se interesaran por recibir clases
                                                                                            sobre las grandes problemáticas culturales de la
                                                                                            época, con el fin de atraer nuevos estudiantes y
                                                                                            reforzar los conocimientos de los ya matriculados.
                                                                                            La primera de ellas tuvo lugar del 2 al 21 de enero
                                                                                            de 1955. “El saber sin cultura es una aberración,
                                                                                            una mutilación”, afirmaba Rojas.
                                                                                               “Las actividades se planificaban en pliegos de
                                                                                            cartulina encima de grandes tableros. Los folletos y
                                                                                            programas escritos a máquina iban a las imprentas
                                                                                            de Concepción y de Santiago, al igual que los afiches,
                                                                                            los que a menudo y todavía con olor a tinta fresca,
                                                                                            -recién  pocas horas antes de la inauguración-, eran
                                                                                            desempacados en las oficinas del Departamento de
                                                                                            Castellano”, recuerda Rodrigo Rojas Mackenzie,
                                                                                            hijo del poeta y testigo presencial de la gestión de
                                                                                            su padre en la Universidad de Concepción.
                                                                                               La revista Atenea publicó que la primera Escuela
                                                                                            contó con “la presencia de 44 profesores y confe-
                                                                                            rencistas, 32 cursos organizados, 1.258 alumnos
                                                                                            inscritos, 341 horas de clases impartidas en las
                                                                                            cuatro semanas de enero, 12 conferencias dicta-
                                                                                            das  y 800 certificados de competencia y asistencia
                                                                                            expedidos al término de los cursos después de los
                                                                                            exámenes finales”. La segunda Escuela alcanzó los
                                                                                            2.800 alumnos registrados.
                                                                                               La tercera Escuela de Verano de 1957, es la primera
                                                                                            que se desarrolla bajo el mandato del rector David
          La Escuela Internacional de Verano, organizada por Gonzalo Rojas, contó con la participación de escritores   Stitchkin Branover, con  un total de 4 mil alumnos
          de la talla de Carlos Fuentes, Octavio Paz, Allen Ginsberg, Nicanor Parra y Ernesto Sabato, entre otros.    inscritos en mil cursos. “En esta ocasión, Gonzalo
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