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35 LA ForMACIÓN DE LA
CIUDAD UNIVErSITArIA
por: Sergio CarraSCo / armando CarteS
n la formación jurídica de la Universidad de Concepción tuvo
MuNIcIpalIDaDes mucha importancia un fundador, diputado y profesor de Derecho,
de Maule al sur contribuyeron con Samuel Guzmán García, quien definió desde el primer momento
aportes económicos y gestiones su condición jurídica. Ya en la primera sesión fundacional se apro-
políticas para la creación de la Ebó su definición:
Universidad de Concepción “Podemos declarar que deseamos que la Universidad de Concepción sea autó-
noma, completa i moderna con personería jurídica i por tanto capaz de adquirir
derechos i contraer obligaciones, estar facultada para recibir legado i disponer
de patrimonio propio. En esta forma no será un gravamen para el Estado i podrá
trabaja incansablemente para formar conciencia
subsistir con vida propia i vigorosa, con independencia del poder central”.
en la ciudadanía y fomentar la cooperación con
Se planteaba una institución surgida del seno de la sociedad civil, no estatista,
comités locales en ciudades y pueblos para obte-
pero con una fuerte vocación pública y de servicio.
ner los medios de su financiamiento.
Los primeros, numerosos y generosos aportes para que pudiera concretarse
En el intertanto, se establecían polémicas de toda
el proyecto universitario provinieron de muchos vecinos y de 35 municipali-
suerte en el seno del legislativo; conflictos artifi-
dades de Maule al sur. Al comprobarse que no serían suficientes, surgieron las
ciosos y especulativos promovidos desde Santiago
“Donaciones por Sorteos”, iniciativa del regidor Federico Espinosa, antecesora
y que referían a una supuesta confrontación entre
directa de la Lotería de Concepción.
la iglesia católica y la masonería, o por eventuales
Otro de los aspectos centrales debió referirse a la construcción de los primeros
tendencias políticas de la Universidad naciente. Una
edificios y la creciente conciencia de desarrollar una Ciudad Universitaria. Este
década más tarde, en relación a estos aconteceres,
es el nombre original y reglamentariamente dispuesto, si bien crecientemente
el rector Molina, escribe: “Después de diversas
se fue hablando del Barrio o más aún Campus. Ojalá pueda recuperarse, en este
gestiones el Comité estima que el Gobierno no
primer Centenario, la denominación de Ciudad Universitaria.
crearía quién sabe en cuanto tiempo la univer-
sidad. No eran solo penurias financieras lo que con audacia visionaria fueron surgiendo los
lo impedía. Había también, de por medio, hay
que reconocerlo, rivalidades y temores políticos primeros edificios: la escuela Dental, Química
y sectarios y no faltaba tampoco la menguada Industrial, educación, Farmacia y Derecho.
intriga de un corazón pequeño.” construcciones asísmicas y que por lo mismo
La solicitud de personería jurídica, aunque fueron, durante 4 años, hospital de acogida para
respaldada por el ejecutivo, en aquel entonces los enfermos tras el terremoto de 1939.
representado por José Luis Sanfuentes, no pros-
peró ese año ni el siguiente y recién se obtendría
En cuanto a ambas obras extraordinarias hubo firmeza y calidad. Lo primero
el 14 de mayo de 1920, fecha que sella la conce-
de importancia fue definir entre comprar casas o hacer un gran edificio en el
sión de la personalidad jurídica y la aprobación
centro de la ciudad. Pero también había otra opción, menos “aterrizada”: for-
de los estatutos de la corporación denominada
mar una gran Ciudad Universitaria, conforme a la experiencia adquirida por el
Universidad de Concepción.
Rector Molina en su viaje de estudios por los Estados Unidos.
Sin embargo, como ya es sabido, la Universidad
El problema era dónde formarla, difícil en una ciudad típicamente españo-
ya había iniciado sus actividades y los alumnos
la, de manzanas cuadradas. Al fin, el lugar adquirido fue el de las hijuelas del
sus cursos de estudio en las flamantes carreras
fundo La Toma, de propiedad de la familia Lamas Castro; primero se compraron
de Química Industrial, Dentística, Farmacia y
6 hectáreas y en diez años se completaron 122. No pocos estuvieron por consi-
Pedagogía en Inglés, las cuatro carreras descritas
derar al sector como inadecuado, pues había coincidencia en que se trataba de
ahora como fundacionales, con mucha más fe y
terrenos de mala calidad. De hecho, era parte del Barrio de las Pocitas, proveedor
compromiso que recursos y bajo la tutela e, al
máximo de camarones para los vecinos.
rendir exámenes ante comisiones de profesores
Pero con audacia visionaria fueron surgiendo los primeros edificios: la Escue-
capitalinos, los comentarios sobre las competen-
la Dental, Química Industrial, Educación, Farmacia y Derecho. Construcciones
cias de los estudiantes fueron extremadamente
asísmicas y que por lo mismo fueron, durante 4 años, hospital de acogida para
elogiosos.
los enfermos tras el terremoto de 1939 y el colapso del Hospital de la Caridad
A diez años de estos acontecimientos, el 29 de
San Juan de Dios.
mayo de 1929 en el Teatro Central, en el discurso
Más tarde y por la influencia del arquitecto y urbanista austríaco Karl Brun-
conmemorativo, el rector Molina, recuerda sus
ner, y de los arquitectos chilenos Carlos Miranda y Eduardo San Martín, se fue
sentimientos en esos primeros meses desafiantes
dando forma a la Ciudad Universitaria, coronada por el imponente Campanil,
y escarpados: “Volvía de visitar las magníficas
que es de los años 1941-1942. Como siempre tuvo contradictores por estimarlo
universidades estadounidenses y al ver aquí tan-
un derroche, pero el Rector Molina, suave en la forma y firme en el fondo, no
ta pobreza se me encogió el alma. Sentí de una
cedió y así nació el principal símbolo de Concepción. Posteriormente, surgió
manera atormentadora la enorme responsabi-
el que llamamos Arco de Medicina y que se mencionaba en la década de 1950
lidad que echábamos sobre nosotros con abrir
como “la Portada de la Universidad”. Sin embargo, por cambios en las calles de
nuestras aulas y aceptar en ellas a más de un
acceso aquello no ocurrió y desde hace varias décadas el ingreso más frecuente
centenar de jóvenes que confiadamente ponían
es el que antecede a la Facultad de Humanidades y Artes.
en nuestras manos sus destinos”.