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Déficit en ríos de Ñuble alcanza el 39 por ciento

“Los caudales están deprimidos”, comenta el director regional de la Dirección de Aguas de Ñuble (DGA), Waldo Lama. En diciembre del año 2019, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, calificó como un “terremoto silencioso” la sequía que actualmente afecta la zona centro sur de Chile, que no deja indiferente a los agricultores y autoridades de la región.

Según las mediciones de la DGA, Ñuble tiene un déficit promedio de 39% en los caudales de sus principales ríos: Diguillín, Ñuble, Chillán e Itata. Solo durante el pasado mes de enero, comparado con un año normal en el mismo periodo, la cifra aumenta a un déficit de 40,5%. El sector agricola es uno de los afectados por los bajos caudales en los tres principales ríos de la región: Ñuble, Chillán y Diguillín.

“Estos ríos que son principalmente alimentados del deshielo cordillerano se están viendo afectados porque cayó poca nieve”, afirma el director de la DGA. La estación de monitoreo Volcán Chillán presentaba al 28 de agosto del año 2019 un 88% de déficit de acumulación nival respecto al promedio anual. Esta es la segunda medición más baja de la década, acumulando solo 76,3 milímetros de nieve caída equivalentes en agua. El año 2011 se obtiene el máximo nivel de acumulación alcanzada en la década, con 710 milímetros de nieve equivalentes en agua.

Esta falta de nieve esta afectando el desarrollo de frutales durante los días de verano, los que tras el rápido derretimiento de la nieve se ven cada vez más pronto afectados por la falta de agua. “Esta falta de agua se va ir agravando. Yo llevo harto tiempo como agricultor en la región. En la zona normalmente empezaba a faltar agua el 15 – 30 de enero. Ahora ya empieza a faltar el 15 de diciembre. Esto se está agravando cada vez más”, expresa Ernesto Jahn, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble. “El cambio climático es una realidad que se nos viene encima y cada vez peor. En la zona norte ya no está lloviendo y hay falta de agua en cantidades extremas”, declara Jahn.

En Ñuble, las lluvias también han sido austeras durante este año. Según datos de la DGA obtenidos hasta el 28 de enero del año 2020, Chillán tiene un déficit del 49,6% respecto a un año normal de lluvias, mientras que comparado al año pasado, existe un déficit del 63,2%. La comuna de Coihueco es una excepción a la regla en la región, con un superávit de precipitaciones que alcanza el 34,1% respecto de un año normal.

Con las condiciones antes mencionadas, el estado de los ríos Chillán, Diguillin y Ñuble es crítico respecto al año pasado.

Para el mes de enero de este año, el río Ñuble tiene un caudal medio de 20,6 milímetros cúbicos por segundo. Durante el mismo periodo en el año 2019, tenía un caudal de 36,2 milímetros cúbicos por segundo.

“Aquí estamos viviendo carencias, con pérdidas importantes. El sector arrocero está con perdidas de un 10-20 por ciento, el sector maicero con lo mismo. Estamos todos perdiendo”, asegura Margarita Letelier, presidenta de la Junta de Vigilancia del río Ñuble, una de las cuatro que tiene la región (las otras son del río Cato, Diguillín y Chillán).

En los últimos dos cauces mencionados, la situación no es muy distinta. En el río Diguillín, su caudal en enero de este año es 2,5 milímetros por segundo. El año pasado en el mismo periodo era de 5,4 milímetros. Este río además cuenta con la afluencia de la Laguna del Laja, a través de la obra hidráulica Laja-Diguillín. La laguna, ubicada en la Región del Biobío, tiene un déficit del 38,5% respecto de un año normal.

En tanto, el presidente de la Junta de Vigilancia del río Chillán, Héctor Jaque, afirma: “este mes estamos entregando un volumen proporcional de agua a cada uno de los propietarios de derechos de aprovechamiento que tiene un déficit del 55% comparado al volumen del año pasado en la misma época”.

Obras de Riego

El pasado miércoles se anunció la creación de la Federación de Juntas de Vigilancia y Canalistas de Ñuble, organización que busca tener mayor peso frente a las autoridades para concretar los tres proyectos de embalses en la región: Zapallar, Diguillín y Punilla.

Los líderes de la organización afirman estar cansados por la poca voluntad política demostrada para llevar a término estos proyectos. “Los exministros con lo que conversé por el embalse Chillán, me dijeron: “a nosotros nos interesa el día a día. No hacer obras mayores, que van a pasar a dos o tres gobiernos” y que al final no van a inaugurar ellos”, afirma Jaque, presidente de la Junta de Vigilancia del río Chillán.

En la actualidad, el embalse Punilla esta paralizado dado que la empresa que se adjudicó la concesión, Astaldi, se encuentra en una crisis financiera. “Hoy Astaldi esta en poder de la concesión, y eso no corresponde, porque si no lo puede hacer, no lo puede construir, debería entregarlo al MOP”, afirma Margarita Letelier.

Por el retraso de este y los otros dos proyectos de embalses en la región, el grupo aboga porque el Estado se haga cargo de la financiación de estos proyectos, dada la lentitud y falta de interés actual que hay en las empresas por las concesiones en embalses. “Ven que la generación hidroeléctrica está con un valor muy bajo, por otro lado los volúmenes de agua son muy bajos, entonces ya no hay interés en postular”, declara Jaque. 

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